Herlein, el Fiscal Fantasma: ausente en la justicia, presente en los beneficios

 

En la Provincia del Chaco, la Fiscalía de Estado dejó de ser un organismo técnico y jurídico para convertirse en un espacio de discrecionalidad, maltrato y privilegios personales. Su titular, Alejandro Herlein, acumula denuncias por abuso de poder, violencia laboral y manejo arbitrario de los recursos públicos. Mientras los expedientes se apilan y el Estado pierde juicios millonarios, el fiscal aparece solo cuando hay beneficios económicos en juego.

Recusaciones sin firma: poder sin responsabilidad

La decisión de recusar en masa todos los expedientes del juez Sinkovich en los que la Provincia es parte fue una bomba institucional. Pero lo más grave es que Herlein no firmó la orden: delegó la firma a la Procuradora.
El patrón se repite: el Fiscal da las órdenes, pero jamás asume la responsabilidad pública. Firma por terceros, se esconde tras jerarquías inferiores y hace del sigilo su principal herramienta de poder.


El ex juez que manipula la justicia a gusto

Con un breve paso por el Poder Judicial, Herlein sabe perfectamente que este tipo de recusaciones afectan el debido proceso. Sin embargo, fue él quien redactó el informe que sirvió a diputados para denunciar al juez Sinkovich, ignorando la opinión técnica de sus propios procuradores.
La Fiscalía ya no defiende los intereses del Estado: obedece la lógica del capricho personal y una agenda de intereses ocultos.


Licencias para pocos, beneficios para él

En un gesto habitual, Herlein se tomó licencia justo antes de las elecciones. No sorprende: ya lo hizo en otros momentos políticos críticos.
Lo insólito es que cobra un 80% extra por “mayor dedicación” y además una bonificación por “dedicación exclusiva”. Dos conceptos incompatibles, pero funcionales a su bolsillo.
Mientras tanto, en los pasillos del Poder Judicial y el Ejecutivo, la pregunta crece:

“¿De dónde saca tantas vacaciones el Fiscal?”
¿Existe un régimen VIP diseñado a su medida?


Honorarios exprés y coronita judicial

Cuando hay honorarios de por medio, Herlein aparece. Llama personalmente a los juzgados exigiendo rapidez en las ejecuciones, como si la justicia debiera acelerarse solo cuando se trata de su propio cobro.
En una estructura judicial saturada, el Fiscal actúa como si tuviera coronita.
Pero cuando se pierde un juicio o se pasa un plazo clave, la culpa recae sobre los procuradores.
En las buenas, se lleva los laureles. En las malas, reparte castigos.


Violencia laboral: mujeres llorando, amenazas constantes

El clima dentro de la Fiscalía es tóxico y asfixiante. Procuradoras salen llorando de su despacho.
Gritos, amenazas de sanción, violencia verbal y presiones son moneda corriente.
El Fiscal, que debería proteger a su equipo jurídico, se ha convertido en el principal generador de miedo institucional.
La violencia laboral y de género institucional ya no puede seguir siendo ignorada.


M. Ramírez: la “elegida” sin concurso ni límites

En este esquema de poder paralelo, un nombre se repite: M. Ramírez, secretaria relatora y persona de máxima confianza del Fiscal.
Ingresó sin concurso y fue ascendida de igual manera. Maneja su agenda, ejecuta sus honorarios y goza de privilegios que ningún otro empleado tiene.
Actualmente está de licencia por 15 días, cuando al resto apenas se le permite una semana.
En la Fiscalía hay reglas, pero solo para quienes no forman parte del círculo íntimo.


Conclusión: una Fiscalía secuestrada por el poder arbitrario

Herlein convirtió un organismo técnico del Estado en una trinchera de privilegios, miedo y castigos.
Gobernado por intereses personales, manejos discrecionales y un sistema de favores, la Fiscalía de Estado del Chaco dejó de ser un órgano de defensa jurídica del Estado para convertirse en un despacho autoritario, donde la ley se aplica según la conveniencia del jefe.
El silencio ya no es una opción.

¿Quién le pone límites a un Fiscal que ya no representa al patrimonio del Estado, sino al suyo propio?